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Psicoanálisis Carlos Tenoch Viale Ferreyra
¿Estamos todos locos? ¿Siempre es necesario ir a un psicoanalista?
No lo creo.
Todas las personas contamos con modos singulares de “administrar” y resolver nuestra existencia. El problema surge cuando esos modos pierden eficacia en el devenir de la vida. Ya sea que durante un tiempo prolongado las insatisfacciones vayan ganando terreno, o que alguna contingencia irrumpa y cambia las cosas de tal modo que se vuelve difícil sentirse lo suficientemente bien. Son momentos adecuados para pensar la posibilidad de buscar ayuda.
Todas las personas contamos con modos singulares de “administrar” y resolver nuestra existencia. El problema surge cuando esos modos pierden eficacia en el devenir de la vida. Ya sea que durante un tiempo prolongado las insatisfacciones vayan ganando terreno, o que alguna contingencia irrumpa y cambia las cosas de tal modo que se vuelve difícil sentirse lo suficientemente bien. Son momentos adecuados para pensar la posibilidad de buscar ayuda.
La realidad, siempre cambiante, nos presenta un mundo en donde, si bien, como sociedad nos hemos ido liberando del “peso” de ciertos mandatos (casarse, estudiar, ser de tal o cuál forma), la falta de ellos nos deja expuestos al riesgo de la desorientación. Cada época tiene sus características, y se refleja en modos de sintomatizar.
En los tiempos en que Freud elaboró su teoría, hace más de cien años, muchos pacientes manifestaban entonces síntomas que resultaban de una sociedad repleta de moralidad y represión. Eran habituales parálisis en los miembros, mutismos, etc. Luego de tantos años mediados por muchos movimientos que empujaron a la liberación de tanto mandato estructurado y moral, nos encontramos ya hace un tiempo ante un panorama muy diferente.
Psicoanálisis en Córdoba Carlos Tenoch Viale Ferreyra. Los Viejos Mandatos
Si bien aún existen personas, sectores, o grupos menos tocados por estos cambios, en las grandes sociedades modernas, afectadas por el desarrollo y avance del capitalismo como modo de entender y estructurar la vida, estas nuevas formas tienen efectos en las singularidades.
Los viejos mandatos eran una carga muy pesada para los sujetos, y generaban mucho sufrimiento. La actualidad nos muestra que, si bien nos hemos sacado de encima esas cargas, prevalece el mandato, aunque ahora es bastante menos específico: Hoy, los medios de comunicación (propagandas, publicidades, películas, etc) con su gigantesca presencia en la vida de todos, nos manda a “SER FELICES”. En la época del consumo compulsivo caracterizado por el “use y tírelo”, no hay lugar para nuestras carencias. Se nos “manda” a llenar cada falla, cada vacío, cada imposibilidad (nada es imposible, nos dice una propaganda de calzados).
La Deshumanización
Este mensaje constante y repetitivo basado en negar la esencia carente de los seres humanos. Esencia que nos permite el amor, el arte, y todo lo que hacemos. Insistiendo en que todo es posible. Que solo se trata de decidirlo, y cosas por el estilo, tiene efectos devastadores para muchos.
Lo “ahuecado” de nuestra existencia nos define como sujetos. Y poder identificarla nos permite esclarecer nuestros deseos e ir por ellos. Negarla nos niega a nosotros mismos, y nos pone a perseguir afuera objetos que se supone que nos “colman”. De esto tenemos entonces que, ante la presión moral de ser felices y exitosos, y negando nuestra propia esencia, tendemos a taponar nuestras angustias a partir del consumo, de lo que sea. Así tenemos sintomatologías de la época como las adicciones, trastornos en la imagen corporal (nuevas alimentaciones, excesivo consumo de gimnasios, etc), depresiones y angustias.
Hoy, los medios de comunicación (propagandas, publicidades, películas, etc) con su gigantesca presencia en la vida de todos, nos manda a “SER FELICES”. En la época del consumo compulsivo caracterizado por el “use y tírelo”, no hay lugar para nuestras carencias. Se nos “manda” a llenar cada falla, cada vacío, cada imposibilidad (nada es imposible, nos dice una propaganda de calzados).
Todos estos sufrimientos afectan el lazo social. Hoy parece posible pues, vivir la vida sin contacto corporal con otros. Asimismo, corremos el riesgo de ubicarnos como “objetos” de consumo. Una parte de un gran engranaje arrollador, en el cual nos deshumanizamos.
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Con lo mencionado retoma las preguntas iniciales:
¿Estamos todos locos? ¿Siempre es necesario finalmente ir a un psicoanalista?
La actual coyuntura nos pone pues en riesgo: Las cosas no están funcionando. No hay un nivel de bienestar aceptable. Puede ser un buen momento para buscar ayuda.
El psicoanálisis lacaniano es un discurso que posee entonces un dispositivo que va en dirección de acotar el efecto de esta verdad única y aplastante del empuje obligatorio a una supuesta felicidad y plenitud. Invita a desenmarañar tanta información y suposiciones. Acompañando en ese proceso, el acceso a los aspectos singulares de cada uno. Y a partir de eso reencausarnos por una vida más satisfactoria.
Psicoanálisis en Córdoba Carlos Tenoch Viale Ferreyra. Lic. en Psicología. Mat 3759
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